Continuando con el relato del comienzo de NICA, hablaré de unas personas fundamentales en la fundación de la ONG, Josito y Mercedes, padres de Esther. Ellos también pertenecían al Club “La Dehesa”, como nosotros y fueron el motor que propició el inicio de NICA. Ese día de diciembre se acercaron a la vocalía para recoger a las niñas y escucharon al Padre Manuel hablar de las necesidades de los niños de Managua.
Josito no podía creer que ahí mismo, en nuestro Club La Dehesa, estuviera una persona tan comprometida hablando de Managua a su hija Esther y a su amiga Clara. ¡Qué coincidencia! Josito también conocía Managua. En enero de ese mismo año, 1997, había ido a visitar a su amigo Fernando, junto con nuestro amigo común Nacho (fallecido en 2009), otro pilar importante en la constitución de NICA y al que tanto echamos de menos.
Josito y Mercedes conocieron al Padre Manuel y le hablaron del amigo que tenían en Managua y que en breve vendría a España a pasar las Navidades, con la idea de que coincidieran, pero no iba a ser posible porque el padre volvía a Nicaragua en unos días.
En enero de 1998, Fernando le visitó en Managua y…. ocurrió el “flechazo”. El carisma y la bondad de Manuel, le impactaron tanto que, en ese mismo momento, ya le entregó 200 dólares para costear el sueldo de dos profesores en el Colegio Solidaridad, nuestro primer Colegio Nica. A partir de ese instante, Nicaragua entró en nuestras vidas para siempre.
Durante los meses siguientes, fuimos alternando el pago de los 200 dólares para los profesores, entre varios amigos, a los que se unió José Luís Santiago, hermano del Padre Manuel, e Isabel, su mujer que, pronto, se convirtieron en amigos entrañables y pilares fundamentales para NICA.
Mientras, íbamos tejiendo una Red de colaboradores, entre familiares y amigos, que nos permitiera afrontar, de manera continuada, los proyectos educativos que queríamos llevar a cabo, para que los niños de Managua tuvieran un lugar, donde recibiesen cuidados, fuesen respetados y pudieran aprender. De esta forma, su futuro sería distinto del que tendrían en las calles de Managua.
Siempre hemos pensado que la “Educación nos hace libres y es el futuro de un país” y ese lema, se convirtió en nuestro principal objetivo.
Al poco tiempo, nos dimos cuenta de que los niños iban al colegio sin desayunar y eso influía en el rendimiento escolar durmiéndose en clase. Entonces decidimos afrontar otro proyecto alimenticio y empezamos a darles un vaso de leche diario, que también era un reclamo para motivar a los niños y las familias para la asistencia a las aulas.
¡Íbamos progresando!
Después, fuimos considerando conveniente organizar nuestras ayudas económicas para que tuviesen una continuidad estructurada y, en mayo de 1998, firmamos los Estatutos de lo que primero fue una Asociación, a la que llamamos NICA (Nicaragua, Cooperación y Ayuda).
¡Comenzaba nuestra andadura en serio!
Hacíamos socios entre nuestros familiares y amigos pero todavía éramos pocos.
La llegada del Huracán Mitch, en octubre de 1998, que asoló Centroamérica, removió las conciencias de la gente y fue la época que mas socios se hicieron. Nicaragua fue uno de los países más afectados y nuestro colegio Solidaridad se convirtió en Centro de Acogida de personas que habían perdido sus casas, nos movilizamos y conseguimos muchas ayudas para las familias perjudicadas.
Fue emocionante ese comienzo. Me pregunto ¿qué nos impulsó a embarcarnos en esa aventura? Todos teníamos un trabajo estable, una vida tranquila; éramos padres y ninguno cumplía ya los 45 años. No lo sé a ciencia cierta, pero…algo sucedió dentro de nosotros, una fuerza colectiva y un deseo de ayudar y ser útiles que no podíamos parar, contagiando a los que teníamos alrededor: hermanos, cuñados, vecinos, compañeros de trabajo, etc. Muchos de ellos, todavía siguen muy activos en NICA.
Nuestro entusiasmo y nuestra dedicación constante, también ha calado en nuestros hijos, que entonces eran pequeños y ahora, jóvenes adultos, comprometidos y con arraigados valores, continúan con enorme ilusión la labor que comenzamos hace casi 20 años.
Aunque al principio cometíamos muchos errores, teníamos claro lo que queríamos hacer y en qué cosas no queríamos caer.
Lo más importante era la transparencia de nuestra gestión y que todo el dinero fuera para los niños.
Desde Nicaragua, Fernando, junto a Manuel Santiago, hacía el seguimiento de nuestro colegio Solidaridad.
Como queríamos que nuestra ONGD fuera cercana, nos enviaban fotos de los niños, para que los socios conocieran sus sonrisas. Poco a poco, fuimos aumentando el número de profesores, lo que nos permitía escolarizar a mayor número de niños.
Montamos una biblioteca y creamos talleres de carpintería, costura, encuadernación e informática.
Posteriormente, incorporamos otros proyectos de ayuda a un colegio de niños abandonados con discapacidad (Pajarito Azul), otro centro de rehabilitación sensorial y psicomotriz (El Güis), un orfanato (Rolando Carazo) y otro colegio de Educación Regular (Monte Horeb), al tiempo que iniciábamos apadrinamientos y becas de estudio.
¡Ya teníamos cinco colegios protegidos!
Hemos ido evolucionando hasta convertirnos en una ONG para el Desarrollo, sólida y transparente, que alberga un titubeante pasado, un potente presente y un futuro esperanzador.
Somos una ONGD abierta, en la que recibimos con todo nuestro cariño a todos los que quieran colaborar con nosotros en lograr un futuro mejor para la infancia nicaragüense.
Es un orgullo saber que, ahora, NICA está en buenas manos.
Mª Ángeles
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